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Martin Bornemann.

28 de abril de 2008

A diferencia de lo que nos quieren hacer creer en el asunto de las sustracciones de menores, el caso Carrascosa dista mucho de ser la excepción.

Mañana, 29 de abril, en Badajoz, tendrá lugar un nuevo episodio de sustracción apoyada por el aparato estatal que defiende a la mujer por el simple hecho de serlo.

Martin Borneman, ciudadano alemán, se casó con una española en Alemania donde fijaron su residencia. Pasados unos años,  tras separarse judicialmente, le fue otorgada al padre la custodia del hijo de ambos. La madre decidió no acatar la sentencia, sustrajo al niño y se vino a España.

Martin inició entonces el largo proceso judicial para recuperar al niño. Ha ganado todos los procesos judiciales, tanto civiles como penales, pues la madre sigue sin devolver al niño. De hecho, y a pesar de estar condenada en firme por sustracción de menores, y sabiendo que la justicia alemana es la competente, ha iniciado los trámites judiciales en España para conseguir la custodia. Entre ellos está el acusar a su exmarido de abusos sexuales y someter al hijo a un proceso severo de alienación parental o el buscarse un nuevo marido con el que ha tenido un nuevo hijo.

La justicia española no ha querido enterarse de que no es competente e incluso ha acelerado el proceso para darle la custodia a la madre. Por supuesto ha mantenido ignorante del procedimiento a Martin.

Ha habido ya dos órdenes de entrega del menor que la madre ha incumplido sin que le haya supuesto ni una triste sanción.

El coste de todo tipo (económico, afectivo, emocional, etc.) en los que ha incurrido Martin para recuperar a su hijo son innumerables. A la madre le ha salido casi gratis.

Mañana, 29 de abril, por la tarde, Martin tiene un nuevo acto de entrega del menor. Seguramente la madre volverá a incumplir la orden de entrega e incluso no se presentará. Para mayor recochineo, el juzgado de Badajoz que lleva el procedimiento por el que se le va a conceder la custodia a la madre, ha señalado sorpresivamente, para mañana por la mañana, vista en la que se dará la custodia a la madre.

Martin cuenta en España con la ayuda de Guillermo Valles. Guillermo es un español criado en Alemania. Allí se casó con una alemana. Se trasladaron a vivir a España donde nacieron sus gemelos. El parto prematuro obligó a mantener ingresados a los hijos. La esposa, sustrajo del hospital al varón, que estaba en mejores condiciones, y se fue a Alemania, dejando a la hermana abandonada, intubada en el hospital. En Alemania las ayudas a la maternidad son lo suficientemente generosas como para mantener a la madre sin necesidad de trabajar. Desde entonces Guillermo ha ganado todos los pleitos judiciales en los que le han dado la razón y la custodia de sus hijos. Como en el caso de Martin, la justicia del país donde ha huido la sustractora, Alemania, ha iniciado los trámites para darle la custodia a la madre, a pesar de no ser competente. Como en el caso de Martin, Guillermo ha incurrido en numerosos gastos sin que haya conseguido recuperar a su hijo y sin que la sustractora haya sido sancionada.

El reciente caso del ciudadano israelí que recuperó a sus hijos de la madre sustractora española, da esperanza y confianza tanto a Martin como a Guillermo si bien son conscientes de que les aguarda aún un largo camino hasta recuperar a sus respectivos hijos. Primero judicialmente y luego emocionalmente pues los niños tienten ya un Síndrome de alienación paternal muy acusado por lo que el tiempo corre en su contra. No sólo porque se están perdiendo la infancia de sus hijos sino porque llegado el momento, si los menores tienen la edad correspondiente, y dado el lavado de cerebro al que están siendo sometidos, decidirán no saber nada de sus padres a los que no darán siquiera la oportunidad de contarles su versión de los hechos, menos aún enseñarles la documentación que acredita que su versión es la real.

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